31 de julio de 2013

Si hablo de educar...

Si hablo de educar…

Hablo de complicidad
Hablo de cariño
Hablo de respeto
Hablo de cuidados
Hablo de ánimo
Hablo de confianza
Hablo de comprensión
Hablo de oportunidades
Hablo de juego
Hablo de libertad
Hablo de valores
Hablo de ternura
Hablo de ritmos
Hablo de tolerancia

Hablo de AMOR

Este fue el único borrador que escribí en el momento más negativo que experimenté en esta andadura de ser "priofe", como me llamaba mi querida A. 
Si hablo de decepción, me quedo corta. Dolor sería la palabra.

 Iniciaba mi segundo y último periodo de prácticas del Grado en Educación Infantil. Era -ha sido- mi último año de carrera, otro momento único con ellos, los niños, por lo que las ganas e ilusión me desbordaban por los cuatro costados.
 En mi elección de colegio de prácticas, ME EQUIVOQUÉ -así, en mayúsculas- pero eso no lo supe hasta el mismo día en que conocí a mi tutora, la que me tenía que acompañar y enseñar durante 460 horas de mi vida a ser esa profe que todos los niños y niñas merecen tener.
Llanto, desesperación, frustración, desilusión y miedo. Esas serían las cinco palabras que marcarían mis dos primeras semanas como ¿profe? ¡JA! ¡Ya me gustaría! como mucho se me podría catalogar como ¿auxiliar de...sacar punta a los lápices y repartir ceras o rotuladores? Nada más hacía en esa clase de 4 años, yo, que el año anterior había sido toda una "priofe" en una clase de tres años, gracias a mi tutora R.
 Observar, observar y cada segundo más "rompida" por dentro me encontraba al vivenciar el comportamiento de esa persona a la que llamaban profesora.

Si hablo de no educar...

Hablo de gritos
Hablo de miedo
Hablo de llanto
Hablo de indiferencia
Hablo de silencio
Hablo de no jugar
Hablo de imposiciones
Hablo de normas muy restrictivas
Hablo de nueve libros de texto para niños de 4 años
Hablo de faltas de respeto
Hablo de discriminar
Hablo de ignorar
Hablo del error como castigo
Hablo de la no creatividad

Hablo de...DOLOR



"No tienes que herir para enseñar, y no tienes que ser herido para aprender" 





1 comentario:

  1. Mi hermana experimentó eso y buscó, encontró otro tipo de educación, la educación libre, ahora ha pasado de ser "educadora" a ser "acompañante". Y ahora está trabajando en una escuelita que le alimenta el alma. En la educación convencional también hay maestras geniales. Pero ese comportamiento del que hablas lo deberías denunciar, las que trabajáis en los coles tenéis más herramientas que los papás. Un besote :)

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